martes, 10 de febrero de 2009

Reflexo

...Comenzar conmigo... hablar de mí... ¿Qué podría decir?
Es extraño que mi alma siga conservando esa música... sin embargo, cuando pregunto por mí se abre un abismo de silencio.
Cierro mis ojos y pretendo caminar mientras sigo mis pasos perdidos, o tal vez caminar y rehacer mis caminos; lograr que se reflejen en mis ojos, por ellos y a través de mis manos que los diseñarán como mejor les parezca.
Cierro mis ojos y siento mi respiración, profunda, termina justo ahí donde comienza ese pequeño hoyo que delata un vacío que debe ser reparado... quizá las palabras ayuden a apaciguar tanto silencio y tanta espera... Silencio... murmullos.... sé que está ahí... no abras los ojos no......
Abro los ojos y mi mirada se encuentra con esa otra del otro lado del espejo... Ella musita algo... me acerco, su voz se hace cada vez más clara. Frente a mí exclama la sentencia:
"Ya no esperarás algo diferente a tu reflejo, a tu figura señalándote y sonriendo del otro lado... pero bastará para alargar la mano para acariciar ese rostro"...
Sigo las instrucciones, mi mano resbala por una superficie helada, ausente. Acaricio al fantasma, guardo silencio... ella está extasiada... parece no percatarse... me doy la espalda y en puntillas atravieso el salón y allí donde no alcanza a tocarme el reflejo trazo mis propias líneas, permito que ellas digan cómo funciona.... Las palabras se derraman... Sonrío.
¿A qué territorio he decidido entrar? ¿Se entra o se crea? ¿Me pertenece o lo haré mío?

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