lunes, 13 de octubre de 2008

Desde una canción monocromática

Cuando la vida se pinta de dos colores y el mundo se escucha ajeno debajo de la ventana, extrañamente vivo...
Las imágenes más que las palabras, las palabras haciéndose imágenes.
El mundo decolorado... tal vez sólo yo desteñida, sólo yo y mis dobles que son las palabras. Como un espejo roto me multiplico en ellas... ellas que tampoco dicen nada.
Me desfiguro en reflejos inseguros, en instantes inciertos que flotan en el punto de quiebre y quedan suspendidos en líneas, en aberturas, en el acontecimiento de la nostalgia... de la ausencia de color.
Camino sobre la línea que trazan mis pensamientos... ¿la línea? ¿mis pensamientos? patologías diversas, desencajadas... camino... solo camino
Me detengo y observo parada en el centro de la desgarradura... ahí están todos ellos de nuevo... mis dobles, mis reflejos tan ciegos como antes... desorientados sordo mudos... mis dobles ... ¿dónde he quedado yo?
Las páginas se pasan, paso entre ellas, duermo en sus espacios… las palabras me persiguen, se recuestan en mis sueños, me acosan, me ven desde mis ojos… ojos mudos. Ojos que han llorado su color… me destiñe la tristeza.
Las páginas se pasan, algo más cae en el tiempo… divino desierto, aridez que agrieta el recuerdo. Mundo de diminutos habitantes indiferenciados … todos dorándose al negro sol del silencio, todos perdidos, todos juntos… tan solos…
L a solitaria yace sedienta, la solitaria nada más se mece … nada más.
Ella ya no llora, sus ojos se han secado, ¿pasará lo mismo con su cuerpo?. Ella sólo suspira. Bocanadas de silencio le advienen. Oleadas heladas de recuerdos … irreversiblemente recuerdos … tiempo aniquilado … simplemente yace en una hora muerta.

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