lunes, 27 de octubre de 2008

Lago en el cielo

Entrelazados de nuevo... sútiles murmullos, peticiones susurradas al oído mientras nuestros cuerpos se dejan caer en la ingravidez. La piel resbala por el tacto, mis labios se derraman en tu espalda mientras guías mi mano por zonas oscuras, mientras la conduces por las delicias.
Toda la noche nos buscamos y en nuestras miradas nos encontramos. Me dejo caer en tu voz que me llama, que me alienta a satisfacer sus peticiones.
Dentro del silencio nuestro abrazo, las manos danzan sobre nuestros cuerpos... de vez en vez surgen, rompiendo el silencio, ligeras murmuraciones ... después de ellas... nosotros y nuestro silencio. Te hablo desde el fondo, me aferro a tus brazos y te reclamo calladita.
¿Me dejarás caer en tu delirio? Quiero enloquecer perdida en la oscuridad de tu abrazo. Deseo extraviar mi cuerpo en tus manos. Regalame la locura... tu rostro.
Me hundo en un mar nuevo mientras devengo pulpo... en tu cama, junto a tí, las sábanas son enormes olas en las que nos sumergimos y por las que nos dejamos arrastrar hasta las profundidades de nuestros deseos. Mis piernas se multiplican, mis brazos se alargan para acortar la distancia entre nuestros cuerpos... te busco, siempre te busco y en el apacible encuentro me resguardo mientras me cubres con todos tus ojos y tu suavidad.
Ahora puedo abandonarme al sueño... ahora puedo perderme en todas esas texturas ... tu estás ahí, en cada color y en cada sonido. Tu voz estalla y me cubre para ofrecerme a la belleza y a la plenitud .
Soy ofrenda... soy error ... soy apertura ahora, en esta noche en la que me has invitado a navegar en un lago en el cielo

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